esa palabra la pronunciaba precioso.
le encantaba la forma en que jugaba con su cabello.
su indiferencia lo aferraba a ella mucho más.
verla tratando mal a esa sonsa lo hacía sonreír.
muchas veces intentó seguirla,
por miedo nunca lo logró.
cuando le hablara se sentiría intimidado, lo sabía.
y si me la robo?-pensó
sábado, 28 de julio de 2007
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2 comentarios:
No se por que la historia se me hace increiblemente familiar.
De hecho lo del cabello me recuerda a alguien.
Creo que no aporto hoy.
Saludos.
a lo mejor a ella tb le hubiese gustado ser robada !
Bss !
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